Las primeras versiones del mito del unicornio son del médico griego Ctesias, historiador griego del Siglo V.a.C, y datan del año 400.a.C. durante sus expediciones a la India,
quien lo describió como un animal silvestre de la India con la
aparencia de un caballo, pero con el cuerpo albo, la cabeza púrpura y
los ojos de color azul intenso. El cuerno de esta prodigiosa bestia,
según la descripción de Ctesias, era negro con la punta roja y la base
blanca, y tenía propiedades medicinales que permitían sanar problemas
estomacales, epilepsia o envenenamientos.
También era descrito como un animal blanco con cuerpo de caballo, barba de chivo, patas de Ciervo y cola de jabali o de leon,
con un cuerno espiral en su frente que crecía recto hacia delante. El
unicornio era un animal de hábitos solitarios y muy esquivo, pero
igualmente agresivo, así que su caza era particularmente difícil. Los
nobles de la Edad Media enviaban cazadores a la India para dar caza al
unicornio.
Durante la Edad Media
era perseguido por su cuerno ya que brindaba protección contra todos
los venenos así como enfermedades, lo cual lo hacía muy longevo a quien
se lo administraba; los nobles y los hombres buscaban estos dones
consumiendo ese cuerno en forma de polvo en la comida y bebida,
preferiblemente en una copa hecha del mismo material. Por obtener este
remedio contra la muerte, los nobles de la antigüedad pagaban cifras
astronómicas. De este modo creían que jamás podrían ser envenenados.
En realidad, la materia prima de estas milagrosas copas debía provenir de los cuernos de algún rinoceronte o del comillo del narval,
una pequeña ballena cuyos machos desarrollan tales colmillos a partir
de uno de los dos únicos dientes que poseen. Se ha especulado mucho
sobre la identidad del animal que pudo haber dado principio a la leyenda
del unicornio. La explicación más plausible es que naciera como un
intento de Ctesias y sus ayudantes de describir el rinoceronte de la
India, un animal de hasta cuatro toneladas que, efectivamente posee un
único cuerno sobre su hocico.
A su vez simbolizaba la virginidad,
es por ello que se creía que la peligrosa caza del unicornio se
simplificaba mucho cuando los cazadores usaban una joven virgen con la
que atraer a la criatura y amansarla, de forma que matarlo resultaba
mucho más sencillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario