Los Duendes son seres diminutos que viven en los
bosques, entre las flores. Al igual que les ocurre a las hadas, adoran a
la naturaleza. Por eso viven tan cerquita de ella, porque les encanta
el contacto con ella y la libertad que ésta les ofrece. Por tanto, los
duendes viven en medio del bosque, y sus casas son el interior de algún
árbol o, incluso, el subsuelo de la tierra.
Tenemos que aclarar que no debemos confundir a los
duendes con los gnomos ya que no son lo mismo. Ambos poseen un tamaño
diminuto, es cierto. Pero al contrario que los gnomos, los duendes
tienen poderes mágicos. Podemos encontrar duendes de diferentes tipos.
Varían en el color. Y no sólo es una variación de apariencia, sino que
también lo es de personalidad:
El primer tipo de duende que queremos presentar son
los duendes negros, grises y azules. Estos duendes presentan un
carácter muy travieso y algo “maligno”. Les encanta hacer maldades por
todas partes y a todo el mundo. Como vemos, estos tres colores son
colores “oscuros”. Por el contrario tenemos al otro tipo duendes.
Y sí, como has adivinado, se trata de duendes de
colores claros. En este grupo encontramos a duendes blancos, amarillos o
celestes. Éstos son excelentes compañeros. Son seres juguetones y
divertidos. Y aunque también son traviesos, no encontramos maldad en sus
actos. Aunque traviesos, son inocentes.
Lo que está más claro es que sean del grupo que
sean, no es sencillo ver un duende. Cuenta la historia que los que
pueden hacerlo con mayor facilidad son los niños, debido a su puro y
noble corazón. Pero no por eso debes desanimarte. Aunque difícil, no es
imposible verlos. Los duendes son seres mágicos y les encanta
transmitir y enseñar su magia. No sólo los niños tienen un corazón puro
y noble. Puede que tú también lo tengas.
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